Las trampas del Estatuto del Artista
El futuro Estatuto del Artista, orientado a los trabajadores autónomos y a las relaciones mercantiles (el 10% del sector), no acabará con el fraude (‘costumbre’) de los empresarios y empresarias que no dan de alta en la Seguridad Social. No pondrá fin, sino que potenciará, la lacra de los falsos autónomos, institucionalizándola.
El sector de la cultura, altamente precarizado, principalmente, como consecuencia de la mala praxis de empresas privadas y públicas, consistente en no dar de alta en la Seguridad Social a los trabajadores y trabajadoras, aporta un 3,2% al PIB de la economía. Sin embargo, el desconocimiento, y desapego, de políticos y legisladores sobre las particularidades de cómo se deben desarrollar las actividades culturales han sido, y seguirán siendo, el caldo gordo para empresas y profesionales que seguirán creando modelos para sortear cualquier responsabilidad relacionada con la laboralidad en el sector.
A merced de los empresarios
Claro ejemplo de ello es el futuro Estatuto del Artista, orientado a los trabajadores autónomos y a las relaciones mercantiles (el 10% del sector), que solo paliará en alguna medida la precariedad consecuencia de la intermitencia, así como que pondría fin a una fiscalidad anacrónica e injusta heredada de otros tiempos, y ajustaría el sistema de cotizaciones a la Seguridad Social.
Sin embargo, no finalizará con la parte más gruesa de la precariedad, la que afecta al 90% del colectivo de las trabajadoras y trabajadores músicos, artistas y trabajadoras y trabajadores culturales. No acabará con el fraude (‘costumbre’) de los empresarios y empresarias de no dar de alta en la Seguridad Social. No pondrá fin, sino que potenciará, la lacra de los falsos autónomos, institucionalizándola y dejando a merced de los empresarios la decisión del régimen en el que deban cotizar creadores, artistas, intérpretes y trabajadores y trabajadoras culturales.
Del mismo modo que la patronal lleva décadas sorteando el cumplimiento del Estatuto de los Trabajadores (‘Las de los artistas en espectáculos públicos son relaciones laborales de carácter especial’. Art. 2.1), así como el Convenio Colectivo Estatal de Personal de Salas de Fiesta y Salas de Baile de España de 2012, pretende ahora hacer lo mismo con el Estatuto del Artista. Aún estamos a tiempo de corregir este gravísimo error histórico: hay que supervisar cuanto antes aspectos como los mencionados, la representación sindical o la negociación colectiva.
20180614.-Informe-de-la-Subcomision-del-Estatuto-del-Artista
Me parece una postura razonable, el exigir que se cumplan las leyes que hay, no crear un estatuto para falsos autónomos
[…] en derecho Álvaro Blázquez desarrolla, a lo largo de cuatro entregas, su opinion sobre el Informe del Estatuto del Artista. En este segundo capítulo de la serie TODO LO QUE QUISISTE SABER SOBRE EL ESTATUTO DEL ARTISTA Y […]
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